Viajar al centro de la Tierra es posible en Rumanía por solo 9 euros

Juntar imaginación y la belleza de la naturaleza puede conducir a cualquiera a vivir una ficción propia de la literatura más fantástica.

Es conocida como la mayor mina de sal de Europa y la más importante de Rumanía
Es conocida como la mayor mina de sal de Europa y la más importante de Rumanía / Istock / heckepics

Ya lo relataba Julio Verne en una de sus novelas más famosas, 'Viaje al centro de la Tierra', en 1864. Un excéntrico profesor de mineralogía, Otto Lindebrock, se adentra en las profundidades del planeta -donde más tarde se descubrió que hay una temperatura similar a la del Sol- junto a su sobrino Axel y el guía Hans. ¿Quién no ha soñado alguna vez con descubrir que en el núcleo terrestre no hay lava sino extrañas criaturas y laberínticos pasadizos llenos de belleza?

Julio Verne

Julio Verne

/ Istock / Christine_Kohler

Viajar al mismo centro de la Tierra quizá no sea posible, pero sí lo es explorar algunos rincones subterráneos no tan profundos. En el subsuelo se esconden maravillas naturales, cavidades creadas por el paso del tiempo o lugares donde la mano del hombre ha sido clave. A unos cien kilómetros de Bucarest, la capital de Rumanía que se conoce como la 'pequeña París', se esconde bajo las calles un auténtico laberinto soterrado: la mina de sal de Slanic Prahova.

La mina de Slanic Prahova en Rumanía

La mina de Slanic Prahova en Rumanía

/ Istock / heckepics

Casi dos siglos de historia

"Por grandes que sean las maravillas de la naturaleza, siempre hay razones físicas que pueden explicarlas", decía Axel en la novela de Verne. Y es que por muy fantasiosa que parezca, esta mina de sal tuvo buena parte de intervención del ser humano. Su historia se remonta al año 1865, cuando el príncipe Mihai Cantacuzino compró una enorme finca en la región de Slanic Prahova, donde sabía que había yacimientos de sal y con el objetivo de abrir una mina.

La mina de sal de Slanic Prahova en Rumanía

La mina de sal de Slanic Prahova en Rumanía

/ Istock / heckepics

Sin embargo, el príncipe no la vio en funcionamiento. La Mina de Sal Unirea se inauguró oficialmente en 1943, con 15 salas trapezoidales, y se explotó en 1972, mismo año en el que se detuvo la actividad. Fue entonces cuando se abrió al público, generando una expectación sin precedentes. Se ha convertido en una de las atracciones turísticas más importantes de la zona, contando con decenas de servicios inimaginables en un lugar como aquel: desde cafetería hasta cancha de tenis y tienda de recuerdos.

Pared de la mina de sal de Slanic Prahova

Pared de la mina de sal de Slanic Prahova

/ Istock / Alain Lemoyne

Una entrada curiosa

El microclima que se crea allí, con una temperatura de 12 grados durante todo el año, una humedad de 50% y la ausencia de factores alergénicos hacen que sea un lugar perfecto para tratar enfermedades respiratorias en el sanatorio que también se ubica bajo tierra. La profundidad máxima es de 217 metros y las salas miden entre 55 y 70 metros de altura. En total se extiende por 80.000 metros cuadrados y el recorrido se articula en torno al enorme pilar que sostiene el conjunto.

La entrada a la mina de Slanic Prahova

La entrada a la mina de Slanic Prahova

/ Istock / svarshik

En su interior se observan unos bajorrelieves que representan a Miguel el Valiente y estatuas de Eminescu, Decebalo y Trajano en el Salón del Génesis. Todo esto puede admirarse después de atravesar un edificio rojo que no marca ningún indicio de lo que se verá en su interior. El precio para descender por el gran ascensor y alcanzar los más de 200 metros de profundidad del yacimiento es de entre 4 y 9 euros, según el tipo de entrada que se pague.

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